Programa Geoglifos de Baja California

Arte de la Tierra de Participación Comunitario-Infantil, concebido al mismo tiempo como el primer Códice peninsular.

Responsable: Francisco Hernández Zamora -artista multidisciplinario-.

martes, 12 de mayo de 2009

Geoglifos de Baja California


Geoglifos de Baja California. Programa de arte de la Tierra de participación Cominutaria-Infantil. Por la Cultura de Paz y No Violencia.
(Diseño: FHZ. 1995)

Geoglifo de la Unidad.: "El Arte es una aventura del espítiru".
Bahía Concepción, Mulegé, B. C. Sur. 1997


La Jornada.  
Pení­nsula de BC, JUEVES 11 ENERO/2001

Hernández Zamora crea geoglifos
MERRY MAC MASTERS

Geoglifo de la Ballena Kuyimá


Geoglifo de la Ballena Kuyima  
en  Google Maps



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Inauguración del GBK, 21 de marzo de 2002. Obsérvese el ancho de la linea.


El Geoglifo de la Ballena Kuyimá (Laguna San Ignacio, 1998-2001) vincula tres aspectos:

1)      El enfoque de land-Art, como expresión moderna no convencional de arte desde la emergencia de la conciencia ecológica en la década de los 70,
2)      La tradición milenaria de los geoglifos que, a su vez, se relaciona con la conciencia de la Madre tierra de los pueblos originarios, desde la mitopoyesis nosótrica y asociada al lenguaje simbólico de los glifos toponímicos mesoamericanos, 
3)      El enfoque del arte público, ligado a la conciencia de justicia social y con acento en la participación comunitaria-infantil para la creación de patrimonio cultural comunitario, que enfatiza el Diálogo de saberes (saberes comunitario, saberes científicos y arte) integrado en haceres estéticos comunitarios, como parte de la vida humana a recuperar.

Todo ello como parte de la construcción de la Plástica social desde la experiencia y los escenarios histórico-culturales de América Latina, que resalta el carácter atemporal del arte y la expresión multidimensional de la condición humana.
 





En 1995 diseñé el Programa GBC.

lunes, 11 de mayo de 2009

Crítica



Alberto Hijar, 2002, CENIDIAP, INBA. Mex. D. F.

Fernando Sánchez, 2001, La Paz, Baja California Sur.

Cora Patricia Valencia Mayoral, 1992, Ensenada, Baja California.

Soraya Valencia, 1996, Ensenada, Baja California.


INGLES: Raúl C. Álvarez. 2001, Montreal, Canada.


ARTE EN EL DESIERTO

Alberto Híjar Serrano.

Francisco Hernández Zamora construye en Baja California desde 1995, una respuesta estética a la publicidad mercantil enemiga del ambiente humanizado. Plantea con su práctica, los terribles dilemas derivados de la lucha constante entre la sociedad y la naturaleza humanizadas contra su destrucción y deterioro constantes. ¿Cómo hacer esto frente a la avasalladora presencia de los grandes anuncios en la ciudad y el campo y en todos los medios?. ¿Cómo preservar su propuesta estética humanizante de la subsunción capitalista?.

Dos puntos de partida: la tradición de las pinturas y los grabados rupestres y la adopción de una escala monumental imposible de pasar desapercibida en el espacioso desierto de Baja California. De la articulación de ambas determinaciones, resulta el programa Geoglifos de Baja California -arte de la Tierra-, una transformación artística del ambiente por la vía de signos imposibles de ignorar por los transeúntes.

Geoglifos –dibujos en la tierra- es el nombre clave en arte de la Tierra. Baja California es sede de cuevas señaladas por pinturas y grabados rupestres, propios del neolítico americano, mucho más reciente que el africano o el europeo, pero con sus mismas necesidades de significación y apropiación mágica de los recursos naturales. Esta tradición significante de lugares ocultos es parte de ritos de iniciación a los indispensables oficios de recolectores, pescadores y cazadores dispuestos a una apropiación justa de la naturaleza con pleno respeto a las necesidades compartidas. Cultos viajeros han registrado estos signos: desde los jesuitas del siglo XVIII como, Junípero Serra y Eusebio Kino, hasta el novelista policíaco Earley Stanley Gardner y la antropóloga Barbro Dahlgren. Francisco Hernández Zamora da a esta tradición un sentido estético mediante la construcción comunitaria de signos monumentales, algunos como el primero -el Geoglifo de la Unidad-, de tan variadas sugerencias figurativas como los antiguos trazos de San Borjita y otros con claros referentes como la Ballena Kuyimá. Una especie de códice peninsular, el nombrado Maijañui por el artista, es apreciable si se despliegan como totalidad en proceso los geoglifos visibles para quien recorra la península en su extensa longitud, en esta que también es una propuesta de Galería aérea. Lo artístico reside en su polisemia, no tan amplia como para ignorar las referencias a la naturaleza y su urgente preservación, especialmente ante la posibilidad de explotación depredadora de las especies marinas, si se deja prosperar la autorización injusta pero legalizada a partir del 11 de septiembre de 2002 para instalar extensas redes y miles de anzuelos a dos kilómetros de los litorales. Mientras en Johannesburgo, en los primeros días de este mismo septiembre, se firman compromisos por la preservación y defensa del ambiente, la reserva natural de los mares californianos está en peligro y Francisco Hernández lo significa al dar presencia a la majestuosa ballena paradójicamente representada con toneladas de conchas como restos de fauna sobrexplotada.

Contornos lineales de 4.5 metros de ancho y figuras de 600 x 350 metros, con una longitud total de línea de mas de 4.5 kilómetros como en La Ballena Kuyimála que baila en las nubes- en Laguna San Ignacio de Baja California, dan idea de la escala acorde con la magnificencia del desolado paisaje. El uso de material marino como las conchas de almeja catarina para trazar los contornos, remite intencionadamente a las nociones de destrucción y desperdicio -ligados a la corrupción y abuso de poder gubernamental de la década de los 80’s-, para dotarlas de sentidos contestatarios y placenteros. Que un grupo de osados trabajadores de la cultura, niños de la comunidad local, pescadores y turistas -vecinos de la aldea global- hayan trabajado a temperaturas oscilantes en los 40° centígrados para realizar los geoglifos, mueve los sentimientos y las sensaciones en correspondencia con intuiciones humanizadoras que tienen en las líneas ondulantes de las danzas imaginarias y de la fauna marina representada, los referentes de una necesidad urgente de protección de la naturaleza, al mismo tiempo que reclama la condición humana dignificada inscrita en las mejores utopías viables que reivindican la plenitud espiritual, al mismo tiempo que la justicia social. Todo ello a partir de un enfoque personal de Hernández Zamora del arte como un eje de desarrollo social en donde intencionalmente se proclama con hechos poéticos –poiesis: creación- ligados a la vida cotidiana la importancia de la iniciativa y la acción local en la nueva realidad de globalización.

México, D. F. 2002


KUYIMÁ

Por: Fernando Sánchez

Revista inDIGO

LA CORAZA dE CASiOpEA

Los caminos de la Antigua California son más naturales después de su paso. A golpe de talón anda buscando la esencia humano en el desierto deshabitado y en los niños de creatividad inmaculado. Sale por la mañana con un poco de agua y unas galletas de fibra a descubrirse en el paisaje con paciencia de misionero, Hay un cuento en cada uno de sus movimientos, una fábula en cada una de las barbas que le cubre la cara; es un niño grande y un anciano incansable, Es el que habla con las ballenas, con las piedras, con el fuego, con los ancestros que trae dentro y de donde le nace esa Rupestricidad Contemporáneo.

Así es Francisco Hernández Zamora, un artista cuyo principal proyecto es, nada más, convertir a la Península de Bajo California en una Galería de Arte Aéreo que es al mismo tiempo tres cosas: una esperanza lúdica una introspección humana que encuentre los ganchos que formen "lo colectividad"; y una expresividad artística de encuentro con él mismo a través del otro.

A pesar de que su formación académica comienza con la Oceanología en la Universidad Autónomo de Bajo California en Ensenada, Francisco es un estudioso incansable que se apasiona por la cultura mexicana e internacional: lo antropología, sociología, historio, etc. Su apoyo entusiasta a las tesis sobre "El arte como base de la educación" nacen de una experiencia sustentada en sus años dentro del ambiente universitario (no sólo como alumno y maestro sino como reformador) y sus interminables convivencias con la gente que tiene la fortuna de encontrarlo en sus peregrinaciones.

Sus primeros acercamientos al arte son familiares, de donde seguramente también nace esa conciencia de responsabilidad social del artista; no sólo con su trabajo como artista visual sino con sus ensayos que pretenden encontrar el vínculo que conecte al arte con la vida cotidiana del hombre más común. De esta manera, él no está sentado esperando recibir, sino caminando y buscando cómo dar; no en la posición del mártir sino que es, al mismo tiempo, aprendiz de la vida y maestro de los vivos.

Su proyecto más reciente, y probablemente el más vistoso, se llamo KUYIMÁ, Es un dibujo monumental de más de medio kilómetro de largo, delineado con una franja, actualmente de cuatro metros pero proyectada a ocho, de restos de almeja que los pescadores han dejado a las orillas de la planicie que forma la Laguna de Son Ignacio: una ballena con su ballenato.

Con la participación de la gente local, principalmente niños, y financiamientos privados y gubernamentales, este proyecto está a poco tiempo de finalizarse y todos los habitantes del Estado debemos estar atentos para ese momento. Además, todavía existe la posibilidad de participar junto con Francisco y bajo su dirección, en la realización de los últimos detalles de la obra.

Para obtener información completa sobre este y otros proyectos de Francisco pueden consultar su página en internet que por lo pronto se encuentra bajo el auspicio de BAJA NET y dentro de la página: www.laesquinadelarte.com bajo el subtítulo "geoglifos" (N. del E.: Descontinuada)


2001, La Paz, Baja California Sur.

Crítica de obra anterior en B. C.

UNA RUPESTRICIDAD

CONTEMPORÁNEA

Para comprender el desierto, hay que vivirlo y estar en él, como un elemento más. En esa soledad poblada de imágenes y espejismos de su alma, el hombre, en su afán de encontrarse, ha encontrado a Dios.

Para vivenciarlo fuera del tiempo, en el instante de la creación, se requiere del ejercicio espiritual más elemental: caminar y ser aprendiz en medio de la nada; con la soledad y el silencio como alimentos para impregnarse de la "luz más pura y la obscuridad más profunda " del espíritu del desierto, como rezan las "Historias del Koakjentil ".

Esto fue lo que Francisco hizo, en el desierto de Vizcaíno en Baja California.

Hoy, su obra, en distintas disciplinas y técnicas (fotografía, dibujo, pintura, escultura, arte-objeto, libro-objeto, arte-instalación, performance, video, land-art, etc.), nos invita a seguir su ruta, a penetrar en su espacio mental, su propia cueva mental como él lo llama.

Creación, producto de un sincretismo personal tardío, entre lo autóctono y lo mestizo, del bagaje colectivo y la aportación individual, entre lo antiguo y lo actual, lo real y lo posible en la historia.

Una muestra de rupetricidad contemporánea, que para Francisco representa la búsqueda de la esencia arquetípica en el mito antiguos, que perdura para manifestar su vigencia vigorosa y necesaria.

Exposición, donde no sólo podemos apreciar la dualidad del rojo y negro obsesiva en sus maestros antiguos, sino también la del día y la noche (V gr. Maijañuí Codex, 1991), mediante efectos fosforescentes, que al impacto de la luz negra, nos traslada a un sendero poblado de ¨designios mágicos en los cielos del venado" imágenes arquetípicas del alma, en el vasto desierto universal del cosmos.

Cora Patricia Valencia Mayoral.

Ensenada, B. C., abril de 1992.

(Texto de presentación de la exposición

Maijañuí Codex: Una rupestricidad personal contemporánea, 1992)


FRANCISCO HERNÁNDEZ ZAMORA


El universo plástico de Hernández Zamora, tiene por pre-texto la oferta cultural del arte primitivo de B.C. En la evolución de su estilo personal se expresa este sustrato.

Su obra se inscribe en una de las estéticas de las últimas décadas del siglo XX, donde la evidencia de las fuentes es intencional, cuestionando el viejo problema de la originalidad del arte y del artista. A partir de ella, no sólo se actualizan otros discursos plásticos, sino se crea la obra personal.

En la obra de Francisco existe un permanente cuestionamiento de la relación entre técnica y materia, y de estas con la idea plástica y el concepto que posibilita expresiones formales infinitas. Esto explica su incursión experimental en diversas áreas del quehacer artístico y su interés en la producción interdisciplinaria .

En su obra todo muestra la actitud de retraducir la herencia pictórica y mítica inscrita en las cuevas, para lograr el manejo de un código propio, donde la iconografía rupestre, por ejemplo, representa símbolos alquímicos del alma, con ello, su obra nos habla del carácter supratemporal del arte y del mismo espíritu humano y nos propone diferentes modos de asumir el arte, desde el mero goce estético, al objetivo más práctico. Sintetizando todo esto en su concepción del arte como un eje del desarrollo social.

Ensenadense por inculturación su obra está incardinada en los valores regionales que expresan los universales.

Soraya Valencia Mayoral.

Texto del Catálogo: 30 artistas plásticos de Baja California

Crítica en Ingles

Community-Children's Land-art

By Raúl C. Álvarez.

2001, Montreal, Canada

There is a man, an artist whose canvas is the land. A beautiful land that he says "…it is next to paradise". It is an arid zone, with golden sand, a clear blue sky, under the extreme heat. Baja California, a dry peninsula surrounded by sea. It is there where ancient peoples painted in the stone walls more than 5,000 years ago, the expression of their art.

It is there too where --partially inspired by these ancient cave paintings--, Francisco Gerardo Hernández Zamora uses the land as the canvas for his huge creations called "GEOGLIFOS", writing on the earth; painting the face of the earth... literally.

Over one thousand kilometers south of the US-Mexico border, in the middle of the peninsula, state of Baja California Sur, next to the San Ignacio Lagoon, the artist drew on the land a sketch of huge proportions --600 meters long by 350 meters wide--. Together with Justino Moreno Flores a topographer friend, Francisco "drew" the outline of a mother gray whale with its newly born baby swimming beside. The drawing’s lines are a minimum of 4.5 meters wide and they were filled with clam shells from a dumpster by the lagoon. More than 1800 by 1050 feet of an artistic creation to be contemplated from 30,000 feet of altitude... most definitely a landmark.


The "Laguna San Ignacio" is one of four gray whale breeding sites where they arrive at the end of their winter migration from the Alaskan and Canadian shores. Until recently an endangered species, the gray whales’ population has grown to as many as that at the end of the XIX century, when the species began to decrease due to over hunting. This growth has been achieved after the strong measures taken for decades to protect the species.

The monumental project represents --among many other ideas— "…an homage to the gray whale for surviving to the human species, and an homage to the later for learning to respect the other" says Francisco Hernández. The homage extends to the "Almeja Catarina", a clam species which has also been overexploited in the shores of the Lagoon and is one of many other endangered species of the region. This is a symbol, a reminder of what can happen to many other species from the lagoon and ultimately, from any other ecosystem in the earth.

But Francisco’s work was not of an artist alone. It was the collective of the community of San Ignacio, a community of fishermen where people work also in the ecotourism industry for whale watching. It was the work of many children too who particiapted in the project, and of the friends that came to help and participate from other places from the peninsula and beyond. They all shared the experience of creating a monumental message to the world, a message about respecting the land where we all live, about the need of a respectful relationship with the environment, and about promoting alternative technologies for socio-economic and cultural development. All this summarized in his personal thesis of the art like an axis of social development.


The magnitude of this work of art made the community proud of themselves and resulted in an impressive awareness of their power of creation as a collective: "…any social task that wants to be pursued, independently of its size, is doable if there is will, compromise, effort and collective creativity to make it happen." The soul of any community is mighty and this desert is a good place to make it flourish.

And certainly Francisco made it flourish. In March 21st., 2002, after 3 years of intense work, Hernández Zamora, together with the community of San Ignacio, will officially inaugurate the "Geoglifo de la Ballena Kuyimá". "Ballena Kuyimá", the whale that "dances in the clouds".

But "Kuyimá" is not the beginning, and certainly not the end of the story. This is a sequel of Francisco’s first project, the "Geoglifo de la Unidad" in Bahía Concepción; an abstract creation in the slope of Cerro de la Mano del Gigante (Gigant´s Hand hill), a project finished in 1997.

After Kuyimá following is another ambitious project, with an even more ambitious and significant message: the "Geoglifo de La Paz", to be done in the capital city of the State of Baja California Sur: La Paz. "La Paz" means PEACE, and the objective is "for the Peace in the world and other viable utopias".

Francisco Gerardo Hernández Zamora dreams eventually, together with other artists, to create in the Baja peninsula a huge art gallery, a gallery for the world with the art of the land. This is the name of the general peninsular proyect: This is the name of his general peninsular programme: ¨Geoglifos de Baja California¨.